Estamos siempre a favor de las Bibliotecas. Lo que no entendemos es ese odio que se tiene al folclore. Se puede decir que el folclore está lleno de ideas pasadas de moda, de relaciones humanas no respetuosas, no digamos con los animales, con su amor a los toros (bueno, amor al arte de matarlos en las plazas)... Pero si podemos apartar estos aspectos del pasado que convierten al folclore en un terreno para arqueólogos de la sociedad y de las relaciones humanas y del poder, lo único que nos queda es hermosura, la que Gades supo muy bien transmitir antes de ponerse fatalmente enfermo. Y lo de su comunismo..., pues lo mismo que el folclore, un elemento más que explica el pasado de un ser humano, en este caso.
Aunque hay que decir una cosa: cuando hay que pasar del folclore a lo jondo, al flamenco, Antonio Gades sabía hacerlo muy bien. Aunque parece ser que aquí le ayudó uno de los grandes: José Manuel Caballero Bonald.
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