martes, 11 de octubre de 2011

Contar la vida

A veces tiene que morir un escritor para comprar uno un libro suyo, y me da pena decir que cuando me enteré de la muerte de Thomas Mermall, un completo desconocido, no pude sino encargar en Amazon sus memorias, tituladas Semillas de gracia, que llegó a casa el fin de semana, editado bella y sobriamente por Pre-Textos. Siempre quise escribir y contar mi vida, o parte de ella, o la que pertenece a mis abuelos o a mis padres, pero depués de leer la extraordinaria primera parte de Semillas lo único que se me ocurre es agachar la cabeza o esconderla como las avestruces, pues junto a las experiencias del niño Thomas, con seis años de edad, bajo la ocupación nazi, mi historia, tal vez cualquier historia que yo pueda contar, no resiste la comparación, y cae en pedacitos tristes de papel rasgado. Venía hoy al trabajo en la bicicleta, pedaleando lentamente, pensando, mientras me dejaba adelantar por todos, mirando los árboles de mi querido Hyde Park, que es injusto que haya biografías o autobiografías que vayan a quitar espacio o posibilidades a las que realmente son necesarias que se lean, necesarias porque contribuyen a crear una humanidad mejor detrás o a pesar del horror. Thomas fue el único niño judío que salvó la vida en aquella zona de la actual Ucrania. Y salvó la vida gracias a un señor que no le importó jugarse su vida y la de su mujer y la de sus hijos por ayudarle a él y a su padre. "Los seres humanos pueden hacer", escribe Thomas "el bien por el bien mismo. De no ser así, yo no estaría vivo para escribir estas páginas".

Por casualidad esta mañana también me topé con un artículo de Luis Antonio de Villena sobre Semillas de gracia donde recuerda eso de que "dijo alguien que si cada ser humano escribiera sus recuerdos y fuera sincero (aunque lo hiciera sin arte) el patrimonio mental de la humanidad ganaría mucho". Leyendo a Thomas Mermall uno aprende o puede aprender a hacer un trabajo de autosinceridad, pues la tiene delante. Tal vez sea lo que nos queda, tratar de ser sinceros y nunca rencorosos, contar la vida para colaborar en una mejor humanidad, porque siempre ha sido posible.

Curiosamente hoy se ha anunciado la llegada a las librerías de la biografía de Pepe Reina, portero del Liverpool. Llenará escaparates, estará amontonado como cajas de refrescos sobre el suelo de las librerías Waterstones mientras el librito de Mermall yacerá oculto en un rincón, tímido pero verdadero.

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