martes, 15 de mayo de 2012

Buen viaje

Entre mis 19 y mis 23 años leí unas tres veces Cambio de piel, y por entonces también La muerte de Artemio Cruz, y por supuesto antes de ir a vivir a Málaga, el cuento Aura. Hace un par de años lo intenté de nuevo con Terra Nostra y no pude terminarlo, pero uno puede comprender, dentro de su ignorancia ominosa, la tarea que emprendió Carlos Fuentes, que se acaba de morir. Es como el Ulises de Joyce, que tengo descargado en el Kindle en versión original (sin subtítulos) y no voy a poder terminar nunca. Tal vez hay libros escritos para que uno solo pueda empezarlos. Tal vez hay libros escritos para escritores solo, escritores de verdad, no estos de los blogs, con ínfulas de nada.

Pero yo a Carlos Fuentes, como a Joyce, le tengo cariño. Se muere alguien que era como de la familia, con sus libros aquí en casa, sobre todo ese que quiero yo tanto, el de Cambio de piel, que ganó el premio Biblioteca Breve en su momento. Hubo un tiempo en que quise escribir como él, y lo imitaba mucho.

Muchos dicen que era un pijo. Es decir, si lo comparamos con Rulfo. Rulfo era el pobretón de la literatura mexicana. Fuentes el pijo, aunque un pijo rojo. Pero me caía bien. Lo hizo bien. Así que, desde aquí, ahora, echado en la cama, oyendo la respiración de los niños recién dormidos, te deseo un buen viaje, Carlos. Vete tranquilo. Lo intentaré de nuevo con Terra Nostra.

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