domingo, 14 de octubre de 2012

Córdoba

El fin de semana pasado estuve en Córdoba. Fui solo, a ver a mi madre, que tiene un hueso de la pierna atornillado con metales y tornillos. "No traigas a los niños, no quiero que me vean así".

Desde la glorieta del Mesón del Conde, donde paré a tomar una cerveza fría al volver de visitar a mi abuela, miré todas esas cosas que no estaban cuando llegué a la ciudad, hace casi cuarenta años ya. Por ejemplo, la fuente y los jardines detrás del colegio Fernán Pérez de Oliva, o el mismo colegio, que vi construir poco a poco, subir hacia arriba con esos bloques de construcción semiprefabricada, cada día que iba a mi colegio Calderón de la Barca, ahora convertido en centro "chico" de Secundaria, esto es, un centro en el que se imparte 1º y 2º de ESO, creo.

Todo lo nuevo estaba también muy limpio en mi recuerdo. Pasaban barrenderos y barrenderas hacendosas diariamente llevándose en sus bolsas de plástico colillas y bolsas vacías y restos de cáscaras de pipas de girasol. Pero ahora ya no, la crisis ha traído recortes en personal y ahora la limpieza organizada por el ayuntamiento solo llega para barrer las calles turísticas, de manera que cuando el autobús que me llevaba desde la Estación de Córdoba hasta el barrio del Santuario, adonde viven mis padres, el paisaje que veía a través de la sucia ventanilla se hacía poco a poco más sórdido, con los rincones de los edificios llenos de las primeras hojas caídas del otoño con papeles, bolsas de plástico, bolsas de patatas fritas y de pipas de girasol y de paquetes de tabaco pisoteados y vacíos. De manera que yo miraba toda esa construcción de jardines y colegios que se había ido haciendo a medida que yo crecía desde la sucia terraza del Mesón del Conde, que albergaba en la barra unos cuantos borrachos al borde de la violencia, y no eran todavía las siete de la tarde, y me di cuenta de que de alguna manera, la Córdoba que yo ahora veo, a pesar de la novedad de las autopistas y las nuevas barriadas y los nuevos parques, se parece mucho a la que yo recuerdo del año 1975: hay demasiada gente rebuscando en la basura y pidiendo por las calles, y hay muchos bares sucios que uno sabe están a punto de cerrar.

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