miércoles, 17 de octubre de 2012

La depresión

Mi amiga Ana, a la que quiero mucho, me dice que no hay lugar para depresiones ahora, que la depresión es un lujo que no podemos permitirnos. Seguramente tiene razón, pero no hay día que yo no piense que nos hemos equivocado volviendo a este país que va de mal en peor. De hecho, ya estamos mirando posibilidades de volver a irnos para no volver en una temporada bien larga. Tal vez nunca, quién sabe.

Llevo 20 años siendo funcionario y es la primera vez que estoy claramente convencido de que mi trabajo no tiene futuro: para mi familia, porque los gobiernos van a seguir recortando mi sueldo, sobre todo después de que se produzca el famoso rescate, que por cierto está al caer; para mis alumnos, porque cada vez hay menos recursos y menos personal para atender todas las desigualdades que la misma crisis está acentuando día a día.

La depresión es un lujo pero yo no puedo hacer nada por dejar de dármelo. Cada día me da miedo abrir la página virtual de los periódicos. Cada viernes tengo miedo de las decisiones del consejo de ministros. Cada fin de mes tengo miedo de los días que va a durar mi sueldo: si al 10 o al 12 del mes siguiente.

Hoy una marejada de inmigrantes ilegales intenta pasar la frontera de Melilla. Mientras, otra marejada no deja de irse de España. Tengo la impresión de que si no nos vamos pronto, nos vamos a quedar atrapados aquí. Y eso me da más miedo.


1 comentario:

  1. Ánimo hermano! Si las cosas se piensas de forma positiva se transforman! Hoy os vamos a llevar un poquito de eso :)

    ResponderEliminar