sábado, 6 de octubre de 2012

Cambio de opinión

Voy a cambiar de opinión y voy a seguir con el blog, es el único sitio que tengo para entrar en contacto conmigo mismo y hablar de lo que me pasa. Últimamente me he dado cuenta de que me estoy volviendo loco, así que creo que retomar el blog será una manera de volverme a la realidad, una realidad relacionada con el estar bien, en paz con mis semejantes aunque en guerra con mis entrañas, que diría nuestro querido Antonio Machado. Pues eso, vuelvo a las andadas, o bien vuelvo a dejar constancia de lo que me pasa, que es seguir dejando constancia de mi paso por este mundo.

2 comentarios:

  1. Me alegro de que cambies de opinión. Quise haberte escrito en tu despedida. Yo también lo pasé muy mal cuando regresé a España. Me sentía enclaustrado e incomprendido. ¿A quién podría explicarle que no me gustaba vivir en "mi país", que no soportaba casi nada de la sociedad española: el griterío, los horarios demenciales, la cultura laboral, el doblaje, las radio fórmulas a todo trapo en cualquier local (incluso en en dentista), el mal funcionamiento de esto, de lo otro y de lo de más allá? Y eso que yo regresé en época de bonanza, cuando se ataban los perros con longaniza. Lo único que realmente apreciaba de España era la cercanía de mi familia y la gastronomía. Viviendo en Finlandia había echado de menos la facilidad de poder expresarme en mi propia lengua, de poder entender a los demás a la primera y captando todos los matices. Cuando regresé a España, hubiera preferido ser extranjero para no entender tanta tontería (por no decir algo peor) constante en los discursos de los gobernantes, en las tertulias de toda índole, en los comentarios de la gente.

    Pasó mucho tiempo, unos cinco años, hasta que me reconcilié con la idea de quedarme a vivir aquí. En dos ocasiones estuve a punto de marcharme de nuevo pero finalmente no fue así. Mi opinión de la sociedad española no ha variado en este tiempo, pero he conseguido que ya no me irriten, ni me abrumen, ni me desesperen todas las cosas negativas que veo en ella.

    Hay que dejarse aconsejar por Italo Calvino: "El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es riesgosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio."

    Yo he tenido suerte y he encontrado a muchas personas que, en medio del infierno, no son infierno. Y luego están los libros, las películas, la buena música, los paseos... Sí, incluso en España es posible encontrar un espacio donde ser feliz. Se trata de no dejar inundar ese espacio por el "infierno" circundante.

    Ánimo y paciencia. Es cuestión de tiempo.

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  2. ¿Cuántas veces leí y releí esa última frase de Italo Calvino que muy bien citas, Eduardo, en tu comentario: "buscar y saber quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio"? Me ha alegrado mucho volver a leerla de parte tuya. Muchas gracias por tus ánimos. El siguiente post será sobre Córdoba, acabo de llegar de allí. Un abrazo.

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