domingo, 25 de diciembre de 2011

El día de navidad

Igual que el de año nuevo, el día de navidad lo he pasado muchas veces tratando de leer un libro de principio a fin. Encerrado en mi habitación. Que es lo que debería hacer uno de vez en cuando, encerrarse en su cuarto y decir no me llamen por favor, me dejen en paz. Give me a life. A break. Piss off. A tomar por culo.

Pero no, uno es padre, cabeza de familia. Eso de cabeza de familia siempre me ha hecho reír. ¿Es el que tiene la cabeza más grande? Entonces gano yo. Sin duda. 60 de circunferencia.

Es que uno no puede terminar los libros que empieza. Es que a uno le agobia el máster. Es que uno no puede más. Pues eso. Posiblemente el año que viene no volvemos a España y, como me aconsejaba el poeta en sus comentarios, nos quedamos en este país de locos. Por mí bien, porque sólo debería de cuidar al James. Pero después de un año, de dos, qué. Cuando se nos fueran los ahorros, qué. Cómo lleva uno/una la separación durante tiempo largo.

Que sea lo que Dios quiera, que decía mi abuela, por eso de que las decisiones que uno hace, en el fondo, no las hace uno realmente, sino un ser superior.

Feliz navidad.

2 comentarios:

  1. Yo, si pudiera, iba hacia donde tú estás. Quédate en Londres, que aquí la cosa está muy malita. Da una oportunidad a los tuyos y a ti mismo.

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  2. Como ya se me queda un poco lejos la Navidad, me voy a quedar con Feliz Año nuevo. O mejor: ¡Felices Reyes Magos!

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