No he podido esta mañana dejar de detenerme un momento en el paseo de los arces que recorro todos los días en la bicicleta, en Hyde Park, y tirar unas fotos con la cámara que llevaba en la mochila. No sé qué tiene la nieve para que todo el mundo se embelese con ella. Yo sé que a mí me lleva a mi infancia en Suiza. A mis primeros cinco años. Quizá sea la última nieve de este invierno. Por eso me he detenido a fotografiarla. Y lo he hecho con pena.
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